martes, 22 de noviembre de 2016

Final alternativo del libro 1984 de George Orwell



Winston luego de estar un buen rato sentado ahí en este café, se quedó mirando a la nada y de repente le llegó un pensamiento que lo inquietó. En ese momento se dio cuenta, que él no debía quedarse ahí haciendo todo lo que el Partido y el Gran Hermano le imponían, sino que debía ir a buscar a Julia y hacerla entrar en razón para recordar todos aquellos buenos momentos que habían tenido y así poderlos revivir.
Con movimientos lentos para que no fueran a despertar sospechas, se paró y dejó el vaso de ginebra que tenía lleno junto al tablero de ajedrez que estaba en la mesa. Salió de este lugar y caminó varias cuadras sin saber dónde buscar a Julia, mientras iba observando que no lo siguieran. Winston por un momento perdió el ánimo de buscarla, al pensar que ella estaría en cualquier lugar de Londres, o quizá en otra parte de Oceanía, pero algo le decía que no debía abandonar esta nueva aventura. En ese momento recordó que él anteriormente la habías acompañado a una de las estaciones del metro donde la vio por última vez. Recorrió un par de calles hasta llegar a aquella estación y sin pensarlo mucho se subió al primer vagón que pasó, sin darse cuenta hacia que parte de la ciudad se dirigía, pero sabía que era en la misma dirección en que ella se había marchado.
A pesar de lo que pasó, Winston tenía claro que, si lograba su objetivo de encontrar a Julia y los espías del El Partido los volvían a encontrar juntos, no solo los torturarían, sino que esta vez si los vaporizarían.
Al bajarse del vagón del metro, se dirigió a la salida de la estación; se dio cuenta que se encontraba en una parte desconocida y lejana de la ciudad, en la que nunca había estado. Siguió caminando sin rumbo por un buen rato sin tener certeza de que allí podría encontrar a Julia. Este barrio donde se encontraba era muy distinto a lo que él había conocido toda su vida, puesto que no parecía pertenecer a la misma ciudad de Londres, ya que este sitio tenía un aire diferente y un poco tenebroso. Además, se sumaba que en este lugar había más telepantallas de lo normal y policía del pensamiento vigilaba en casi todas las esquinas.
Winston en ese instante, supo que debía cuidarse más de lo que ya había hecho, no pensar nada que lo pudiera implicar en un crimental o hacer un movimiento brusco que despertara sospechas en las telepantallas o de algún agente de la policía del pensamiento. Ya cansado entró a un café que se situaba en medio de una de estas concurridas calles; ya sin muchas fuerzas ni esperanzas de poder encontrar a Julia, se sentó y pidió algo de ginebra. Mientras tomaba lentamente de su vaso, volteó a mirar a uno de sus costados y observó una mujer que se hallaba en otra mesa, sola con un vaso de ginebra, un periódico y un tablero de ajedrez. A pesar de esto siguió tomando sin prestarle importancia a esta mujer y ni siquiera repararla. Después de unos segundos volvió a mirarla más detenidamente y sumergido en sus recuerdos, se sorprendió al ver que era Julia. Siguió observándola disimuladamente por un rato, hasta que ella se levantó y se fue de este lugar. Winston la siguió de una manera ansiosa, pero discreta para que ella no se diera cuenta y en su reacción originara alguna sospecha. Recorrió tras ella varias calles, hasta cuando vio que entró en un callejón oscuro sin telepantallas, creyó que era el momento y lugar oportuno que les ofrecía mayor seguridad para su reencuentro, por lo que lo aprovechó y la abordó.
En este lugar ya le podía hablar tranquilo, debido a que no había ninguna telepantalla cerca. Cuando él la miraba y le hablaba; la notaba como perdida en su pensamiento y que no era la misma Julia de antes. Después de un rato recordándole todo lo que había pasado entre ellos y la trasformación que les había obligado a tener El Partido, hizo que ella entrara en razón. Julia lo abrazo y empezó a crear un plan para poderse seguir viendo a ratos en algún otro lugar.
Luego de un rato ahí pensando y dando ideas sobre cómo mantener lo de ellos en secreto sin que El Partido se diera cuenta, los dos decidieron que lo mejor era salir de Oceanía de alguna manera. Winston y Julia sabían que si los descubrían en esto serian vaporizados, pero aceptaron este riesgo, ya que para ellos era mejor ser vaporizados a vivir bajo las órdenes de El Partido y el Gran Hermano Emmanuel Goldstein.
Salieron y caminaron distante uno del otro, por varias calles y llegaron al puerto donde encontraron una especie de embarcación pequeña, en la cual se subieron y encendieron el viejo motor después varios intentos. Emprendieron su huida por el mar sin que nadie se diera cuenta. Luego de una dura hora en mar abierto, ya estaban más tranquilos, pese a que las olas eran más grandes y la pequeña embarcación parecía quebrarse en varios pedazos, se sentían libres del Partido. Así que se llenaron de ilusiones y se pusieron a hablar sobre donde iban a vivir y de qué manera. En este instante escucharon ruidos de otras embarcaciones, por lo cual Winston y Julia voltearon a mirar y se dieron cuenta que se encontraban rodeados por miembros de El Partido, junto con Policía del pensamiento. En este instante ellos se miraron del uno al otro y comprendieron que este sería su final.
Unos hombres con uniformes negros subieron a su embarcación y los obligaron a abordar una de El Partido. Allí los golpearon y los amenazaron, les vendaron los ojos y los llevaron a un sitio frio y solitario. Luego de varias horas les quitaron las vendas y Winston observó a O’Brien de nuevo, que con gesto de enojo se quedó mirándolos. Se encontraban en el mismo lugar donde habían sido retenidos la vez pasada.
A las pocas horas los trasladaron a otra habitación para torturarlos, ya no por separado como antes, sino que esta vez los llevaron juntos al mismo tiempo. Winston y Julia solo esperaban que los vaporizaran, se miraron entre ellos, se tomaron de la mano y se sonrieron por última vez. Luego fueron torturados de las maneras más dolorosas, para que se arrepintieran por haberse revelado al Gran Hermano y a El Partido. Duraron pocos minutos debido a tantas y fuertes torturas; murieron rapidamente y por fin Winston junto con Julia fueron vaporizados.



1 comentario:

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